Murdoc, con su pandilla de chicos ordinarios, irrumpe en la tienda en un destartalado Opel Astra. Su plan: hacerse con los sintetizadores y formar un grupo de éxito con el botín. Se mete... ¡CRASH!... a través del escaparate y... ¡CRASH!... choca con la cabeza de Stu-Pot, partiéndole el globo ocular. El resultado: 30.000 horas de servicio comunitario para Murdoc, más 10 horas a la semana cuidando a Stu-Pot en estado vegetativo.
De repente, las dotes suicidas de Murdoc para la conducción hacen que la vida de otro giro. Mientras intentaba dibujar un círculo completo derrapando en el aparcamiento del Tesco en Nottingham, arroja a Stu-Pot a través del parabrisas directamente hacia un bordillo. Stu-Pot se parte el otro ojo, su mente renace y se convierte en un joven dios de ojos negros y pelo de puerco espín y una mirada ausente. Y no sólo es eso, sino que su forma de tocar el sintetizador toma un carácter realmente misterioso.
Material pop de primera. Stu-Pot es rebautizado 2D, debido a que tenía dos abolladuras (dents) en su cabeza. Ahora Murdoc necesita un batería.
Retrocedamos unos años. En el estado de New York, un chico de clase media llamado Russel es expulsado de su elegante colegio privado porque había sido poseído por el diablo. Estuvo en coma durante cuatro años hasta que un elaborado exorcismo le liberó. Russel se matriculó en el Instituto de Brooklyn, donde forma filas con un grupo de músicos callejeros, raperos y disjockeys de talento. El Hip-Hop salva su alma. Durante un tiempo. Una bala perdida mata a todos sus amigos y, puesto que Russel, el único superviviente, yace en estado de shock, los espíritus de sus camaradas invaden su cuerpo, profiriéndole unos ojos blancos de poseído y dotándolo de unas asombrosas dotes para la percusión, el rap y el hip-hop en general.
Sus padres se mudan a Inglaterra, donde esperan que tenga la ocasión de gozar de una vida más tranquila. No habían contando con Murdoc, que siguió la pista de Russel en una tienda de música rap del Soho. Ahora al grupo de principiantes tan sólo les hace falta un guitarrista. Ponen un anuncio en el NME. El mismo día de publicación del anuncio, le envían un contenedor de mercancías a su puerta. De él salta una pequeña japonesa con una Les Paul. Les farfulla algo incomprensible antes de lanzar un fraseo definitivo para rematarlo con un gran salto de kárate. Los chicos se quedan mudos. Noodle tiene algo que decirles. Soy Noodle.
Nacen Gorillaz y así lo rubrican en medio del caos total de su primera actuación. Así es como se crean las leyendas.
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